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Síndrome de la Cabaña o por qué tenemos miedo a salir de casa

Alejandra Hernández

Artículo redactado por Alejandra Hernández

Soy psicóloga sanitaria, sexóloga, terapeuta EMDR y terapeuta Sensoriomotriz. Dirijo los centros Hernández Psicólogos de Málaga, Marbella y Fuengirola donde he seleccionado a excelentes psicólogos para rodearme del mejor equipo para la atención a personas en el área del bienestar y la salud mental.

Ya está aquí la ansiada desescalada. Desde hace casi dos meses soñábamos cada día con la llegada de este momento. Pero lo que puede ser felicidad para algunos, para otros se convierte en nerviosismo, personas a las que se les han catalogado bajo el fenómeno conocido como síndrome de la cabaña.

Pero, ¿qué es? ¿cuáles son los síntomas? y lo más importante, ¿cómo puedo superarlo?

Síndrome de la Cabaña y coronavirus

Si hay quienes, en cuando se permitieron las salidas por horarios, se echaron a la calle disfrutando, por fin, de un rato de paseo, hay otros que no encontraron esta idea tan placentera. 

Cuando comienzan a darse los primeros pasos hacia la desescalada, empiezan a brotar problemas emocionales y psicológicos que hasta ahora estaban latentes: el miedo a volver a la rutina y a hacer una vida “normal”.

¿Qué es?

Al hablar del síndrome de la cabaña (cabin fever), nos referimos a un estado anímico, mental y emocional de personas que han pasado tiempo en reclusión forzosa y que tienen dificultades para volver a su situación previa al confinamiento. 

Durante la desescalada algunas personas están experimentando este estado. No quieren salir de casa, sienten miedo, incluso pánico o fobia, por el mero hecho de volver a salir a la calle. En casa se sienten seguros y a salvo.

Suele darse con mayor frecuencia en personas que viven solas o que han tenido dificultades para mantener el contacto social a través de internet durante el confinamiento. Y no es exclusivo de personas que tenían problemas emocionales antes del estado de alarma. Es decir, cualquier persona es vulnerable de poder padecerlo en cualquier momento.

El origen de este síndrome se remonta al siglo XX. En esta época, durante el invierno, muchos colonos americanos pasaban largas temporadas dentro de sus cabañas, experimentando síntomas depresivos, ansiosos y sensación de enjaulamiento.

El síndrome de la cabaña no se considera una patología, sino que se trata de un fenómeno que ocurre sólo en algunas personas que han pasado un largo tiempo aisladas de la sociedad. 

Además, se trata de una situación única para cada persona, que no debería catalogarse bajo un mismo fenómeno. Ante un momento histórico como este, no todos reaccionaremos del mismo modo. Aunque sí que hay algunos factores comunes a la mayoría de la población.

Síndrome de la cabaña síntomas

En el síndrome de la cabaña principalmente existe el miedo a contraer la enfermedad, un miedo completamente normal y adaptativo ya que nos mantiene alerta para continuar llevando a cabo conductas de higiene y prevención. 

No obstante, este se convierte en un miedo desadaptativo cuando la emoción pasa a dirigir nuestra vida, limitando todas aquellas vivencias agradables, de contacto, de ocio, etc. para indicarnos constantemente que la seguridad solamente se encuentra en casa. 

Además de sentir miedo, es muy frecuente experimentar alteraciones de sueño. Las siestas son más largas y frecuentes, acompañadas de sensación de cansancio. También se encuentran síntomas como:

  • Letargo, desgana, dificultad para realizar las tareas cotidianas
  • Dificultad para despertarse
  • Tristeza o síntomas de depresión
  • Dificultad para concentrarse, déficits de memoria
  • Disminución de la motivación
  • Frustración, angustia, miedo
  • Sensación de nerviosismo y desesperación

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¿Cómo superar el síndrome de la cabaña?

Si los síntomas son leves, puede ser suficiente tomar medidas para combatir los sentimientos. En cambio, si están influyendo en tu vida diaria de forma significativa, es mejor abordarlos con la ayuda psicológica.

En estos momentos, más que nunca, es importante escucharte y atender las necesidades que puedas tener para continuar de forma respetuosa, tanto contigo como con los demás. 

  • Acepta que estas emociones son normales ante esta situación, el miedo es normal y podemos sentirlo sin cargarnos de culpabilidad. 
  • Usa el miedo para protegerte y actuar con responsabilidad, adoptando las medidas de distancia interpersonal e higiene necesarias.
  • Retoma las actividades poco a poco y con las medidas de seguridad recomendadas. No te refugies en la evitación. 

Sal de la casa de forma gradual

Es importante que las salidas que hagas sean de forma gradual, para que puedas regular qué necesitas y cómo. Aprovecha el horario de deporte y paseo que ha marcado el gobierno para ir graduando el contacto con el exterior.

Disfruta del sol en la piel, la exposición a la luz del sol ayuda a regular los ciclos naturales del cuerpo, y el ejercicio libera endorfinas, creando un efecto de bienestar natural. Incluso un paseo rápido puede ayudarte a sentirte mejor. 

Vuelve a las rutinas

Al estar tanto tiempo en casa es posible que hayas pasado mucho tiempo sin hacer nada importante. Por ello es importante establecer objetivos diarios y semanales. Asegúrese de que sus objetivos sean razonables y recompénsate por cumplir cada hito.

Evita la sobreinformación

Debemos seguir informándonos pero sin sobre exponernos a esa información y centrarnos en los datos que tenemos en la actualidad, sin caer en la búsqueda de información sobre cómo estaremos dentro de un tiempo, ya que, es un factor desconocido y, de nuevo, estaremos poniendo nuestro foco en algo que no podemos controlar.

¿Cuándo acudir a un psicólogo?

Está claro que cada persona es única, por lo que tampoco hay una fórmula clave para evitar la situación. 

Cita: No podemos controlar tener miedo o sentir incertidumbre, pero sí elegir o aprender a responder a ello. Se puede afrontar esta situación de una forma sana y funcional.

A menudo, el síndrome de la cabaña es una sensación fugaz. Puedes sentirte irritable o frustrado durante unas horas, que puede olvidarse al tener una conversación virtual con un amigo o realizar una tarea que te distraiga. 

Sin embargo, a veces, los sentimientos pueden volverse más fuertes. Si sientes que tus síntomas están empeorando, en Hernández Psicólogos Málaga, o en nuestros centros de psicólogos en Fuengirola y Marbella te ayudamos a comprender lo que estás experimentando. Juntos, estudiaremos las formas de superarlo.

Disponemos de centros de Psicología en Málaga, Fuengirola y Marbella.

Por supuesto, si estás aislado o tienes miedo a salir de casa, puedes elegir tu terapia online, tan eficaz como presencial.

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